jueves, febrero 28, 2008

Locos por el surf (Ash Brannon y Chris Buck) 2007

Contra más películas de animación veo, menos claro tengo dónde está el límite en este género. Ya da igual lo que se quiera hacer, todo es posible. No importa si se trata de reproducir piel, pelo, pluma, escama, lava, agua, metal, animales, personas o monstruos porque los resultados van a ser excelentes. En este caso la trama transcurre en la playa y con pingüinos como protagonistas.

“Locos por el surf” cuenta la historia de Cody Maverick, un pingüino de penacho amarillo que vive en un pueblo de la Antártida llamado Frío de Janeiro, cuya pasión es algo tan poco habitual entre sus paisanos como practicar el surf. Un día es seleccionado por una pareja de cazatalentos para viajar a la isla Pen Gu con el fin de participar en el Memorial Big Z, un campeonato homenaje a una de las leyendas del surf pingüinesco a la que Cody admira profundamente. Allí conoce a una serie de personajes como, entre otros, el pollo cubano Joe Chicken que amenizará su estancia en la isla, o la mega estrella Tank Evans con el cual deberá enfrentarse.

La película está tratada como si de un documental sobre la vida de Cody Maverick se tratase. En ella, además de las imágenes de su vida, su preparación y su participación en el campeonato, todos los personajes van siendo entrevistados y van expresando su opinión sobre Cody. Así podemos ver las declaraciones de su madre, su hermano, sus amigos, sus rivales y hasta las de los ancianos de su pueblo o las del público asistente al memorial.

Como en todas las películas de animación producidas en los últimos tiempos, la nota predominante durante toda ella es el humor, un humor socarrón bastante alejado del humor infantil de las antiguas películas de Disney. Si ya de por sí una película de dibujos animados tiene un humor implícito, el hecho de que los protagonistas sean pingüinos, posiblemente los animales más cómicos de toda la fauna terrestre, aún la convierte en mucho más humorística.

Aparte del guión y los personajes, una de las cosas que más me ha impactado de “Locos por el surf” ha sido cómo está hecho el mar. La perfección del agua, las olas y la espuma de sus crestas es tal, que parece de verdad. Por último decir que también se ha hecho un gran trabajo en la selección de los temas que componen la banda sonora, muy adecuada para el ambiente surfero y playero que se pretende recrear.

“Locos por el surf” no es ni de Pixar ni de Dream Works, los dos magnates del cine de animación, es de Columbia Pictures y Sony Pictures Animation. Sin duda alguna es una buena noticia saber que tanto Sony como Columbia también invierten en este género para producir películas de calidad. Contra más haya mejor.

Rubén (El Artista Multimedia del Bajo Aragón)

domingo, febrero 17, 2008

The Doors (Oliver Stone) 1991

Ahora que están tan de moda las “biopics” sobre estrellas del rock y que cada dos por tres leemos la noticia del próximo rodaje de una de ellas (las más nombradas últimamente son las de Kurt Cobain, Blondie o Freddy Mercury), he querido echar la vista atrás y recuperar una de las primeras y más conocidas: “The Doors”.

Aunque la película lleve el mismo nombre que el grupo, perfectamente podría llamarse “Jim Morrison” porque lo que narra es la vida y la muerte del cantante. Interpretado por Val Kilmer, posiblemente lo mejor del film sea la poquísima caracterización que fue necesaria para conseguir un parecido físico entre actor y personaje, a pesar del poco presupuesto que se gastaron en esas pelucas de esparto que lucen los protagonistas. No sé si habrá en todo Hollywood algún actor más apropiado para encarnar al Rey Lagarto que Val Kilmer, pero no me quiero ni imaginar cómo hubiera quedado Tom Cruise como inicialmente había sido propuesto.

Oliver Stone nos presenta a Jim Morrison como un personaje obsesionado con el chamán de una tribu de indios Navajos al que de niño vio morir en un accidente de tráfico en una carretera de Nuevo México; como un ser de otro mundo que vive permanentemente colgado, que no para de decir sandeces las veinticuatro horas del día y cuyo único objetivo en la vida parece que sea ponerse hasta el culo de todo en busca de la muerte. Prácticamente no conozco la carrera de The Doors y mucho menos la biografía de Jim Morrison, pero resulta bastante poco creíble que alguien con ese ritmo de vida llegara alguna vez a grabar seis discos de estudio y a embarcarse en giras de conciertos por Estados Unidos con toda la responsabilidad que ello conlleva. Que Jim Morrison era un megalómano, un fantasioso y que consumía de todo menos caramelos Sugus todos los sabemos, de hecho por algo murió a los veintisiete años, pero la recreación de esa realidad creo que es demasiado exagerada como para ser creíble.

Hablar de argumento en esta película es tontería porque es justo lo que se espera de una película sobre una estrella de rock: sus inicios en el mundo de la música, el encuentro con sus compañeros de banda, los primeros conciertos, las grabaciones de sus primeros discos, la llegada del éxito y la posterior decadencia. Por lo demás, “The Doors” es básicamente un derroche de escenas de sexo, drogas y rock & roll protagonizadas por Jim Morrison. Lo más curioso de la historia es ver como Ray Manzarek, John Densmore y Robbie Krieger, los otros miembros de The Doors, dan muestras de no tragar a Jim Morrison pero tenerlo que soportar por los beneficios económicos que les reportan sus canciones y su caótica personalidad. La parte final, con un Jimbo gordo y barbudo, también tiene su atractivo por ver a Val Kilmer hecho un ceporro.

Supongo que para los que les guste The Doors esta película será el recopetín, pero a mí que ni me gustan musicalmente, ni conocía su biografía, ni me importan un carajo sus letras y su significado, la verdad es que me parece un tremendo aburrimiento.

Rubén (El Artista Multimedia del Bajo Aragón)